Exploraciones Diagnósticas
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He de decir que mi padre nunca me insistió para que estudiara medicina, pero como desde pequeño siempre me habían encasillado en la tradición familiar, el lado rebelde te hace rechazarlo y decir que vas a ser otra
cosa. Pero aunque mucha veces dije que quería ser arquitecto, en mi interior sabía que me gustaba la medicina”. Así habla José Miguel Esteban López-Jamar, sexta generación de una saga de médicos que se inició en el siglo XIX y que se ha ido continuando hasta hoy.

Estos antecesores familiares, nos cuenta su progenitor, José Miguel Esteban Bernáldez, fueron cirujanos en la Universidad de Salamanca y posteriormente en Madrid. “La especialización en aparato digestivo se inicia con mi padre en 1939 y, a partir de aquí la hemos continuado mi hijo y yo, uniéndola a la medicina Interna por mi parte, y a la Endoscopia Digestiva por parte de mi hijo”. Unas especialidades, insiste José Miguel padre, donde la entrega personal y la proximidad al paciente “te obligan a resolver situaciones o procesos de difícil manejo”. Sin olvidar el sacrificio: la medicina, continúa José Miguel, siempre ha sido una labor muy exigente en cuanto a horarios, guardias, estudio, etc…

Esta familia de médicos internistas llegó a La Moraleja hace 37 años. Desde entonces han desarrollado ahí su vida. “Considero un privilegio poder vivir aquí y continuar esa vida ya rodeado también de mis nietos”, afirma con entusiasmo el doctor Esteban Bernáldez. Y de hecho, su hijo refuerza estas palabras. “No solamente es que siempre he vivido aquí. Es que cada vez nos movemos menos de la zona para nuestro tiempo libre. En La Moraleja puedes salir a cenar, hacer deporte, nuestros hijos se encuentran a gusto y además, muchos amigos de la época del colegio siguen viviendo por aquí.