Según la definición tradicional, el EB es la condición (y no enfermedad) en la que las células que recubren internamente el esófago se ven reemplazadas por otras células. Estas nuevas células
no son malignas, sino que realmente son células de aspecto normal, aunque su localización habitual no es el esófago.
La aparición de este tipo de células representa
una adaptación al reflujo crónico, ya que parecen ser más resistentes al daño por reflujo que las células a las que reemplazan, aunque dicho cambio representa un
riesgo de desarrollo de un tumor denominado
adenocarcinoma.
El EB es el factor de riesgo más importante para el desarrollo de adenocarcinoma esofágico, tumor cuya frecuencia ha aumentado mucho en las últimas décadas. Sin embargo, el riesgo de que una persona con EB desarrolle este tumor es bajo, se estima en 0.5%/año.Estos cambios ocurren en la
porción inferior del esófago, aunque la longitud puede llegar a 10 cm ó más. Normalmente se habla de EB corto cuando la extensión es de hasta 3 cm, y de EB largo cuando es de más de 3 cm.
La causa más común de la aparición del esófago de Barrett es la exposición prolongada del esófago al ácido gástrico, situación habitual en pacientes con ERGE, en los que la presencia de EB es frecuente.
El EB, por sí mismo, no produce síntomas. Sin embargo, muchos pacientes acuden a su especialista por molestias provocadas por el reflujo gastroesofágico (RGE), como pirosis, ardor retro esternal, regurgitación del contenido del estómago, síntomas respiratorios y laringitis, o incluso, dificultad para la deglución.
No. De hecho, en la gran mayoría de personas con EB nunca se desarrollará una lesión maligna en su esófago.
El EB se diagnostica mediante una endoscopia, y requiere de la confirmación mediante la toma de biopsias. Existe una línea donde se une el revestimiento del esófago normal, con el inicio de la mucosa del estómago, se denomina línea Z, o “transición escamo-columnar”. En condiciones normales se encuentra en el cardias, que es la zona donde anatómicamente finaliza el esófago y comienza el estómago. Podemos sospechar que existe un EB cuando la línea ha ascendido por el esófago. Una vez que se sospecha EB durante la endoscopia, deben tomarse biopsias.
Si, es obligatorio realizar un plan de seguimiento endoscópico,cuya frecuencia dependerá de la presencia o no de displasia y el grado de la misma.